3 buenas razones para comer fruta y verdura de temporada

Consumir frutas y verduras fuera de temporada produce un coste muy elevado para las personas y para el medio ambiente. Recuperar el calendario de frutas y verduras de temporada puede contribuir a fomentar una alimentación sostenible atenta a la salud de las personas y al cuidado de los recursos naturales.

La gran distribución nos ha acostumbrado a tener a nuestro alcance todo tipo de alimento en cualquier época del año, sin importar la procedencia o el modelo de cultivo. Por ello, es necesario hablar de temporada y preguntarnos de dónde proceden y en qué condiciones han sido cultivadas las frutas y verduras que llegan a nuestras mesas a destiempo. Reparar en el origen de los alimentos es muy útil para saber si su producción beneficia o perjudica a las personas, al planeta y a los territorios.

3 razones para elegir fruta y verdura de temporada

¿Por qué deberíamos comer solo frutas y verduras de temporada? Orientar nuestra compra hacia productos frescos, locales y de temporada contribuye a crear hábitos alimentarios más sanos para la salud, más sostenibles para el medio ambiente y más responsables para las personas.

Hay muchas razones de peso por las que sería recomendable elegir solo fruta y verduras de temporada, entre ellas cabe destacar tres:

>> Beneficios para la salud

Los vegetales de temporada representan el mejor complemento vitamínico que nuestro organismo necesita según las condiciones atmosféricas a las que se encuentra expuesto. Por ello, es necesario comer alimentos ligeros y refrescantes en verano (como calabacines y pepinos) y alimentos más energéticos en invierno (como brócoli y coliflor). Por la misma razón, en verano necesitamos consumir frutas con un alto contenido de agua y potasio- como sandías y melones – para mantener la hidratación, mientras que en invierno es muy recomendable consumir naranjas, kiwis y mandarinas necesarias para reforzar el sistema inmunológico. En síntesis, fruta y verdura de temporada nos garantizan el máximo aporte nutricional pues se ajustan perfectamente a las necesidades de nuestro organismo según la época del año.

>> Ventajas para el medio ambiente

Elegir fruta y verdura de temporada significa respetar los ciclos de la naturaleza sin forzar la producción no acorde a las condiciones climáticas. Además, permite mantener la rotación de cultivos preservar las variedades locales y la biodiversidad y cuidar la conservación de recursos naturales escasos. En tiempos de emergencia clímatica y transición ecológica, el consumo de temporada es la mejor opción para elegir vegetales de origen local que minimizan el impacto sobre el medio ambiente causado por la huella de carbono.

>> Beneficios para las personas

Perefrir alimentos de temporada es un acto de responsabilidad hacia las personas que cultivan frutas y verduras a nivel local y que mantienen viva la economía rural de nuestro entorno más próximo. Apoyar la producción de temporada es un gesto de solidaridad hacia aquellas productoras que con mucho esfuerzo y sacrificio están apostando por un mundo rural vivo y comprometido con el territorio.

Alimentación sostenible para  la salud, el medio ambiente y las personas

¿Por qué consumimos frutas y verduras fuera de temporada?

La globalizazión del sistema alimentario ha hecho que sea posible consumir prácticamente cualquier tipo de fruta u hortaliza en cualquier epoca del año, sin reparar en su procedencia. Paralelamente, la industrialización y la intensificación de los procesos productivos han conseguido la alteración de los ciclos de crecimiento natural de las plantas mediante el control de temperatura, el uso de productos químicos y la luz artificial.

Entre los elementos que han contribuido a incrementar el consumo de fruta y verdura de temporada, cabe mencionar la desconexión con el calendario agrícola, el precio más bajo de los alimentos de importación, la poca valoración del origen y del impacto social y ambiental de la producción de alimentos.

¿De dónde proceden frutas y verduras fuera de temporada? Para poder cultivar frutas y verduras cuando el clima no es el más adecuado, hay que recurrir a los invernaderos: una forma de agricultura intensiva capaz de crear condiciones climáticas artificiales que permiten un crecimiento más rápido de hasta un 50% más que en cultivos convencionales.

Otra opción para satisfacer la demanda de frutas y verduras fuera de temporada es la importación bien de otros estados de la Unión Europea o bien de terceros países. La deslocalización de la producción a otros continentes es cada vez más frecuente debido a diferentes factores, entre ellos costes de producción más bajos y legislación medio ambiental más laxa.

3 razones para dejar de consumir fruta y verdura fuera de temporada

Aunque muchas veces no seamos conscientes de ello, nuestros hábitos alimentarios tienen consecuencias muy serias para la salud, para el medio ambiente y para las personas. A continuación veremos tres diferentes tipos de impactos que puede llegar a generar nuestro consumo y que al mismo tiempo nos ofrecen tres razones para dejar de consumir vegetales fueras de temporada.

Melón, tomate y sandía en medio de la nieve: no somos de temporada

>> Fresas y sobreexplotación de recursos en el Parque de Doñana

Alargar la temporada de la fresa en el mercado español y europeo supone una sobreexplotación de recursos naturales en el parque de Doñana que se traduce en deforestación para ampliar los cultivos, construcción de caminos y carreteras para mejorar el acceso a los cultivos y captación ilegal de agua para el riego. En 2019 se han cerrado 116 pozos ilegales, sin embargo el plan de cierre de los cultivos ilegales sigue sin aplicarse. Por otro lado, cabe mencionar la inaceptable situación en la que se encuentran las mujeres jornaleras, mano de obra barata cuyas condiciones de vida representan una vulneración patente de los derechos humanos.

>> Tomate y construcción de un invernadero hidropónico en Álava

El consumo de tomate durante todo el año lo ha convertido en la segunda hortaliza más exportada y más importada por el Estado Español. Será por ello que algunas empresas ven necesario invertir ingentes sumas de dinero en invernaderos hidropónicos para la producción masiva durante todo el año, incluso en climas poco propicios como es el caso de la provincia de Álava.

La empresa Hispalus está impulsando la construcción de un invernadero hidropónico en el municipio de Valdegovía para la producción intensiva de tomate y para ello cuenta con el apoyo de algunos sectores locales y con la crítica de asociaciones que reivindican un sistema agroalimentario más sostenible.

¿Por qué el cultivo hidropónico es incompatible con un sistema alimentario sostenible? Básicamente porque uno pretende producir alimentos desconectados de la naturaleza para incrementar el rendimiento sin importar el impacto ambiental, mientras que el otro quiere producir de manera conjunta con la naturaleza para incrementar el bienestar de las personas y reducir el impacto ambiental.

El cultivo hidropónico no tiene cabida en un sistema alimentario sostenible, entre otras razones porque:

  1. pretende acortar los ciclos de producción gracias a un desarrollo más rápido y a un mayor rendimiento que depende de condiciones artificiales y nutrientes químicos;
  2. es un modelo de agricultura intensiva que supone la expansión de monocultivos especializados en la producción de alimentos “locales” en zonas donde sería imposible cultivar sin invertir en sistemas de control de temperatura;
  3. no es ecológico: los alimentos procedentes de cultivos que prescinden del suelo no pueden contar con certificación ecológica pues este sello está exclusivamente reservado a prácticas de cultivo que preservan la biodiversidad del suelo y no utilizan fertilizantes ni fitosanitarios de síntesis química.

>> Sandías y melones y las pateras de Senegal

¿Qué tiene que ver consumir sandías y melones en diciembre con las pateras que llegan a las costas canarias? Probablemente mucho más de lo que podamos llegar a imaginar.

Como es sabido, el cultivo de sandías y melones requiere de altas de temperaturas, condiciones climáticas que se alcanzan muy bien en verano. Alargar la temporada de sandías y melones supone seguir cultivando esas frutas con el clima que le es más propicio, o bien en invernaderos o bien en otros países.

Hay empresas que han elegido apropiarse de grandes extensiones de tierras en Senegal para producir melones y sandías y fomentar así el consumo fuera de temporada. La deslocalización de la producción agrícola obliga a las comunidades locales a convertirse en jornaleras o a desplazarse en condiciones de vulnerabilidad extrema al verse privadas de sus medios de vida para la producción de alimentos.

Alimentación y consumo crítico

Estos tres ejemplos nos muestran que la producción masiva por encima de cualquier otra consideración de tipo social y ambiental es incompatible con una alimentación sostenible y solidaria que permita elegir qué alimentos producir, dónde y cómo hacerlo.

Por ello es importante no dejarnos engañar por proyectos que ponen a los alimentos el apellido de local o sostenible y apoyar cadenas alimentarias de valor que fortalezcan el tejido social y económico local.

➡️ ¿Quieres cambiar el mundo comiendo?Únete al canal de telegram para saber más sobre alimentación sana, sostenible y justa

Deja un comentario

error: Content is protected !!