¿Qué comeremos en 2030? ¿Quién producirá la comida del futuro? Insectos, algas, suplementos, alimentos funcionales: la carrera para aprovechar el mercado de la comida del futuro ya ha empezado, gracias a la aparición de estudios y startups que quieren sacar beneficio de este lucrativo mercado.
Así pues la siguiente pregunta sería: ¿por qué tanta prisa por revolucionar nuestra forma de alimentarnos? ¿Por qué deberíamos cambiar las legumbres por las algas y los frutos secos por insectos?
Las respuestas a esas preguntas nos llegan directamente de los defensores de la comida del futuro y los argumentos que utilizan para vendernos los nuevos alimentos son básicamente tres:
- Por salud: pues nos garantizan una gran cantidad de proteínas, minerales y fibra;
- Porque es una industria en auge: ya están en marcha numerosas startups que reciben financiación millonaria para fomentar el negocio de la comida del futuro;
- Por el medio ambiente: pues su producción asegura una baja emisión de gases de efecto invernadero y las instalaciones son más pequeñas y automatizadas.
- Con respecto al punto número uno y los supuestos beneficios para la salud, sería interesante recordar que ya existen alimentos capaces de proporcionarnos grandes cantidades de proteinas, minerales y fibra: altramuces, cacahuetes, pipas de calabaza y almendras son las mejores fuentes de proteína vegetal. En cambio, si lo que necesitamos son más minerales, podemos encontrarlos en frutos secos y semillas, legumbres, verduras y cereales integrales. Finalmente, una dieta rica en fibra es la que incluye en sus comidas diarias: legumbres, frutos secos, avena, frutas y hortalizas.
- En referencia al argumento número dos, ¡más claro, el agua! Tenemos que consumir algas, insectos y carne en vitro porque muchas empresas ganarán millonadas con ese negocio.
- En relación a la razón número tres, ya existe una forma de producir baja en emisiones y con instalaciones más pequeñas y se llama agroecología. Eso sí, la producción no la llevan a cabo máquinas, sino personas.

¿Para quién está pensada la comida del futuro?
En los años 90 la comida del futuro eran los transgénicos. La publicidad se empeñó en convencernos de que la solución al hambre en el mundo pasaba por cultivos transgénicos con propiedades milagrosas en cuanto a rendimiento y perfil nutricional.
El arroz dorado, rico en caroteno, era un claro ejemplo de los supuestos beneficios de los transgénicos. Sin embargo, lo que la industria alimentaria omitía es que el caroteno es uno de los pigmentos más presentes en la naturaleza y de hecho zanahorias, pimientos, boniato y calabaza (solo por citar algunos) son las hortalizas que más cantidad de caroteno contienen. Vamos, que el caroteno ni era un invento de laboratorio ni hacía falta manipulación genética para incluirlo en nuestra dieta.
Hoy nos dicen que la comida del futuro serán insectos, algas y carne sintética. ¿Qué tienen en común esos nuevos alimentos con los transgénicos? Mucho más de lo que parece, pero voy a destacar tres elementos:
- no sirven para acabar con el hambre en el mundo, ya que el sistema alimentario ya está produciendo comida de sobra que termina en la basura, con lo cual el problemas no es de producción sino de distribución;
- no son necesarios para alimentarnos mejor, pues la naturaleza ya ofrece todo lo imprescindible para la salud y el bienestar de todos los seres humanos;
- no traen beneficio alguno para la humanidad, sino mucho dinero para las empresas que se dedican al negocio de la producción de comida en vitro, sintética etc.
La comida del futuro no está pensada para las personas ni para mejorar su alimentación, sino para entregar el control de la producción mundial de alimentos a centros de biotecnología.
En otras palabaras, la cara oculta de la comida del futuro es la desaparición de la agricultura a pequeña escala y la producción de alimentos hecha por personas.
¿Quién hay detrás de la comida del futuro?
¿Os habéis fijado en la publicidad o en los anuncios de la comida del futuro? Aquí tenéis un ejemplo de quien está organizando ciclos formativos sobre la comida del futuro y ¡sorpresa! No se trata de la cooperativa de producción y consumo local, sino de un banco.

¿Quién está impulsando “la búsqueda de rasgos genéticos concretos y tecnologías de cultivo que haga más sostenibles a los cultivos”? Pues Syngenta, una empresa que está entre las que más facturan a nivel mundial en agroquímicos.
«Innovación, foodtech, tecnología alimentaria, nutrientes del futuro, comida futurista con impacto ambiental cero» es el caballo de Troya que están utilizando para abrir las puertas a un tipo de alimentación hecha en los laboratorios por y para las empresas de biotecnología.
La comida del futuro que están anunciando con mucho bombo y platillo ni está pensada para la salud de las personas ni está diseñada para la conservación del medio ambiente. Lo que se esconde detrás de la comida del futuro es la voluntad de arrebatar de las manos campesinas el control de la producción de alimentos para entregárselo a las probetas de los laboratorios de cinco empresas.
En otras palabras, lo que está en juego cuando oímos hablar de la comida del futuro es la soberanía y la seguirdad alimentaria de millones de personas que dejarán de ser autosuficientes para pasar a ser totalmente dependientes de lo que se produzca o se deje de producir en los laboratorios o en los invernaderos hidropónicos.
La pregunta no es cómo será, sino ¿quien controlará la comida del futuro?
Cuidado con las mentiras baratas de instituciones sumisas que nos dicen que “la agricultura ya no da más de sí para darnos de comer”. La que no da más de sí es la agricultura industrial intensiva basada en monocultivos para alimentar ganado y coches. Por ello, hay que empezar a impulsar y sostener la agroecología como práctica de producción de alimentos respetuosa con la vida y sostenible para el medio ambiente.