A los 23 años, me enteré de que hay países que producen alimentos de calidad para la exportación mientras reciben a cambio sucedáneos baratos de las multinacionales. Era la primera vez que vivía en Colombia.
Tras tomar conciencia de que la producción, distribución y consumo de alimentos tienen un gran impacto social, económico y medioambiental, he decidido promover activamente una revolución gastronómica basada en la alimentación sana, justa y sostenible.
Mi pasión es la alimentación porque me permite hablar del economia rural, justicia social y sostenibilidad medioambiental.