Luz verde de la Comisión Europea a la importación de soja genéticamente modificada para la preparación de alimentos y piensos. La variedad de soja OMG permitida es tolerante a tres tipos diferentes de herbicidas (Dicamba, Glifosato y Glufosinato de amonio) de los que puede contener residuos.
El 28 de septiembre de 2020, la Comisión Europea ha autorizado la importación y comercialización de tres tipos de soja genéticamente modificada, de propiedad de la empresa alemana Bayer, pese al dictamen contrario del Parlamento Europeo.
El 14 de mayo de 2020, el Parlamento (la única institución capaz de ejercer un control democrático sobre las decisiones de la Unión Europea) había pedido a la Comisión «que no autorice la importación, para su utilización en alimentos o piensos, de ninguna planta que haya sido modificada genéticamente para hacerla resistente a un herbicida, en el caso que nos ocupa el glufosinato, cuyo uso en la Unión no esté autorizado».
La decisión de la Comisión Europea, contraria a la resolución del Parlamento Europeo, demuestra una vez más que en el sistema alimentario dominante los intereses económicos de las multinacionales están por delante de la salud de las personas y de la preservación de los ecosistemas.
▷ Soja: ¿qué es lo que hay que saber antes de comprar sus derivados?
Hasta principios del siglo XX, la soja fermentada sólo se consumía en China, Corea, Japón y Vietnam. La fermentación es el paso previo y necesario para eliminar las sustancias nocivas presentes de forma natural en sus semillas, facilitando así la digestión y la absorción de los nutrientes. Gracias a este método se obtienen alimentos como el miso, el natto o la salsa de soja.
¿Qué productos han invadido los supermercados y nuestras neceras y despensas? Alimentos hechos a base de soja como tofu, «leche», yogures, postres y filetes de soja texturizada: productos ultra procesados con un sofisticado proceso industrial que afecta al contenido nutricional original de la soja.
¿Cómo se obtiene la soja texturizada? Tras desgrasar y desidratar las habas de soja para hacer la harina, esta se somete a un proceso llamado extrusión, una tecnología que emplea altas temperaturas, presión, texturización y deshidratación cuyo fin es conferir al producto una estructura atractiva que simule, en apariencia y sabor, a la textura real de la carne.
Para eliminar el fuerte sabor típico de las judías y dar el de la carne, el yogur, la nata y todos los demás productos a los que sustituyen estos preparados, se añaden al ingrediente básico aditivos como emulsionantes, aromatizantes, edulcorantes y conservantes.
¿Cuál es el incoveniente de las hamburguesas, las albóndigas y otros sustitutos de la carne elaborados con derivados de la soja? Que su preparación requiere muchos aditivos, como por ejemplo: espesantes, saborizantes y colorantes.
Soja: incendios y deforestación
Más allá del perfil nutricional de los productos elaborados con soja, existe otra cuestión muy relavante relacionada con la expansión del monocultivo de la soja.
Como todo monocultivo intensivo, las plantaciones de soja no son sostenible porque representan la mayor contribución a la deforestación y precisan del uso masivo de agrotóxicos.
Tampoco es sostenible desde el punto de vista social pues donde las multinacionales han impuesto este tipo de monocultivo, todas las formas de agricultura familiar han ido desparaciendo. Las comunidades locales ya no pueden cultivar alimentos para su propio consumo o bien porque se han convertido en jornaleras o bien porque han tenido que abandonar sus terriorios.
Sobre el impacto devastador del monocultivo de soja, Ecologistas en Acción y la Fundación Rain Forest de Noruega han publicado una investigación sobre las consecuencias sociales y ambientales de la expansión de las plantaciones de soja en el Brasil: La expansión del cultivo de soja destruye la Amazonía y El Cerrado con la complicidad de España.
La contaminación del agua, la erosión del suelo, la pérdida de la biodiversidad y la violencia contra las comunidades campesinas e indígenas son sólo algunas de las dramáticas consecuencias causadas por las multinacionales de la industria alimentaria que exportan soja.
▷ ¿Por qué la soja se ha convertido en uno de los monocultivos más extendidos?
La soja es el cultivo transgénico más extendido en el mundo, cubriendo por sí sola el 50% de los cultivos biotecnológicos del mundo (según los datos del informe sobre la situación mundial de los cultivos biotecnológicos/cultivos transgénicos comercializados en 2018). Las plantaciones de miles de hectáreas necesitan muy poca mano de obra porque la labranza y la siembra están totalmente mecanizadas y los herbicidas se rocían con aviones.
Hoy en día, esta legumbre se utiliza para alimentar tanto a humanos como a animales: la reina oriental de las dietas occidentales es también el as en la manga para producir carne barata.
Todos los piensos contienen soja como componente proteínico esencial para el rápido crecimiento de los animales. El ganado, los cerdos, los pollos y los peces criados intensivamente en todo el mundo comen millones de toneladas de alimento de soja cada año. Y los cultivos de soja, a su vez, devoran los bosques tropicales y los bosques nativos.
En el sector industrial, en cambio, los derivados de la soja se utilizan para producir plásticos, lubricantes y biodiésel.
Para terminar, tenemos elementos suficientes paraempezar a cuestionar el consumo de productos elaborados con derivados de la soja.
Si lo que pretendemos es seguir una alimentación sana y sotenible, son muchos los alimentos de origen vegetal que contienen valores de proteína total bastante elevados como por ejemplo: altramuces, pipas de calabaza o girasol, cacahuetes y almendras, lentejas, alubias y garbanzos.
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